Revista Multidisciplinaria Perspectivas Investigativas
Multidisciplinary Journal Investigative Perspectives
Vol. 5(Económica), 337-347, 2025
Evolución de las métricas en tiempo real en el seguimiento de campañas de marketing digital
Real-time metrics evolution in digital marketing campaign tracking
Rene Mauricio Miranda-Tupiza
Mariella Johanna Jácome-Ortega
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INTRODUCCIÓN
Las métricas en marketing son herramientas esenciales para evaluar el rendimiento de las
estrategias y del marketing mix, estas se dividen en dos categorías principales: métricas
financieras, que miden el impacto monetario y permiten evaluar el retorno de la inversión (ROI)
y otros indicadores económicos; y métricas no financieras, que se enfocan en la percepción del
consumidor y el mercado, siendo clave para medir la satisfacción del cliente y la fidelidad a la
marca. La relevancia de estas métricas radica en su capacidad para orientar la toma de
decisiones estratégicas, permitiendo a los responsables de marketing ajustar sus enfoques
basándose en los resultados obtenidos (Abad & Abad, 2018).
Asimismo, las métricas en tiempo real resultan imprescindibles para el análisis de datos
digitales, pues brindan información inmediata sobre el comportamiento de los usuarios y la
efectividad de los contenidos. Su uso facilita la automatización y mejora la agilidad de los
procesos, generando resultados más precisos y personalizados. Asimismo, permiten una
interacción directa con los usuarios mediante estímulos que captan su atención, algo
fundamental en entornos digitales de atención efímera. Estas métricas no solo consideran
datos de consumo, sino también contenido generado por los propios usuarios, lo cual optimiza
las estrategias de marketing al alinearlas con las preferencias del público (Aguado & García,
2018).
En el sector editorial, las campañas de marketing han evolucionado significativamente a nivel
mundial gracias al avance tecnológico y a los cambios en los hábitos de consumo de los
lectores. Las editoriales utilizan plataformas digitales como Facebook, Instagram, X (Twitter) y
TikTok para promocionar libros, lo que les permite interactuar directamente con su audiencia,
crear comunidades y generar expectativa en torno a nuevos lanzamientos. Iniciativas como
Bookstagram y BookTok han ganado popularidad, puesto que los lectores comparten reseñas y
recomendaciones, fomentando la conversación sobre los títulos. Algunas editoriales
implementan campañas globales que combinan publicidad en línea, promociones en librerías y
colaboraciones con distribuidores internacionales para maximizar el alcance de los
lanzamientos más exitosos. En conjunto, estas estrategias se centran en la tecnología, la
personalización y la interacción directa con los lectores, permitiendo a las editoriales adaptarse
a un mercado cada vez más dinámico y diverso (Salvador & Sánchez, 2020; Cárdenas &
Orozco, 2020).
En el ámbito del comercio internacional, las importaciones de libros se han mantenido
relativamente estables en los últimos años, salvo durante la pandemia. En 2015, se alcanzó un
récord histórico, con un valor de 39,19 millones de euros; para 2022, dicho valor mostró una
recuperación hasta 28,29 millones de euros, acercándose a los niveles de 2019. En ese
periodo, el Reino Unido fue el principal proveedor por valor, seguido de España en tercer lugar.
De los diez principales países exportadores, tres pertenecen a la Unión Europea, beneficiados
desde 2017 por el acuerdo comercial con Ecuador, que ha impulsado el comercio bilateral. En
Latinoamérica, el sector editorial está compuesto principalmente por pequeñas y medianas
empresas, con una notable proliferación de editoriales independientes que conviven con
grandes conglomerados, en su mayoría de origen extranjero.
En Ecuador, el número de editoriales independientes ha crecido, pero estas afrontan el reto de
una población con bajo consumo de productos editoriales, pese al gran potencial de desarrollo
del sector. Para potenciarlo, se requieren tanto el respaldo del sector privado como la
implementación de políticas públicas. Aun contando con una Ley del Libro (1987, revisada en
2006), el país carece de un programa nacional de promoción editorial, situándose entre los
pocos de la región sin esta iniciativa. Según la Cámara Ecuatoriana del Libro, en 2021 el 23 %
de las publicaciones correspondió a autores independientes y el 77 % se publicó a través de
editoriales o instituciones. Ese año se registraron 4 509 títulos, cifra en crecimiento sostenido.
La producción local depende en gran medida de importaciones de materias primas y libros
terminados; en 2021 se imprimieron 2 101 181 ejemplares (ICEX, 2023).