Revista Multidisciplinaria Perspectivas Investigativas
Multidisciplinary Journal Investigative Perspectives
Vol. 4(Especial), 68-78, 2024
El Sistema Penal Ecuatoriano a la Luz de los Derechos Humanos: Retos y Perspectivas para una Justicia Equitativa
The Ecuadorian Penal System in the Light of Human Rights: Challenges and Perspectives for Equal Justice
Mariuxi Beatriz Segovia-Guillén
Gira Yokasta Carrión-García
Edisson Fabricio Moreira Pinargote
Carlos Alberto Segovia-Guillén
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Independencia Judicial
La independencia judicial es un pilar fundamental en cualquier sistema legal democrático,
garantizando la imparcialidad y la equidad en la administración de justicia. Sin embargo, en el
contexto ecuatoriano, este principio se enfrenta a una serie de desafíos que comprometen su
efectividad. La interferencia política en el poder judicial, especialmente en la designación y
promoción de jueces y magistrados, ha generado preocupaciones sobre la autonomía real de
los tribunales. Además, la falta de mecanismos efectivos para garantizar la rendición de
cuentas y la transparencia en la gestión judicial ha exacerbado las percepciones de corrupción
e influencia indebida en el sistema judicial.
Estas deficiencias no solo socavan la confianza pública en la imparcialidad del poder judicial,
sino que también pueden conducir a violaciones de los derechos fundamentales y a la erosión
del Estado de derecho. Por lo tanto, es fundamental implementar reformas estructurales que
fortalezcan la independencia judicial, asegurando la separación efectiva de poderes,
promoviendo la transparencia institucional y garantizando la protección de los jueces contra
cualquier forma de presión externa. Solo así se podrá restablecer la confianza en el sistema
judicial y preservar la integridad del Estado de derecho en Ecuador.
En los Estados constitucionales de derechos contemporáneos, la independencia judicial se
conceptualiza en tres dimensiones fundamentales. En primer lugar, está la división funcional,
que se refiere a las atribuciones específicas de cada función del Estado y permite su
coordinación. En segundo lugar, está la división desde el punto de vista de los órganos, que
implica la existencia de arreglos institucionales para garantizar la separación efectiva de
poderes. Esto puede incluir la promulgación de una ley orgánica que regule el funcionamiento
de cada órgano y, en el caso del poder judicial, la existencia de un órgano de autogobierno
independiente de los otros poderes. Finalmente, está la diferenciación personal entre los
miembros de cada órgano estatal, lo que significa que los individuos que integran cada poder
deben ser independientes entre sí y no estar sujetos a influencias externas. Esta
tridimensionalidad de la independencia judicial es crucial para garantizar un sistema judicial
imparcial, transparente y efectivo en la protección de los derechos fundamentales (Martínez,
2004).
En palabras de (Toala-Rivas et al. 2022), en Ecuador, desde su fundación como república en
1830, la independencia judicial ha sido un ideal nunca plenamente realizado, tanto en su forma
formal como material, debido al diseño del Estado que ha subordinado la función judicial a los
intereses de las élites dominantes. Aunque las constituciones de 1998 y 2008 reconocen la
independencia judicial y establecen la meritocracia como criterio para el nombramiento de
jueces, en la práctica este principio sigue siendo vulnerado (Toala-Rivas et al. 2022).
Esta falta de independencia se refleja en una situación de independencia judicial interna
relativa, donde algunos jueces actúan de manera independiente, mientras que otros son más
susceptibles a presiones internas y externas. Esta vulnerabilidad se atribuye principalmente a la
necesidad de retribuir el apoyo recibido para acceder al cargo y a la búsqueda de mantenerse
en él. Por lo tanto, la independencia judicial, tanto interna como externa, está estrechamente
ligada a los méritos, conocimientos y experiencia de los jueces (Toala-Rivas et al. 2022).
Es crucial reconocer que la coordinación de las funciones del Estado no debe interpretarse
como una intromisión en la independencia judicial, sino más bien como un elemento esencial
para lograr objetivos de desarrollo y abordar problemas estructurales como la corrupción de
manera efectiva. La independencia judicial no es un privilegio, sino un derecho del juez y,
fundamentalmente, un derecho del ciudadano, ya que el derecho actúa como un mecanismo de
limitación del poder y garantiza el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, es importante
reconocer que estas tensiones entre el poder y el derecho pueden desembocar en conflictos
graves, como guerras, desinstitucionalización y violaciones de los derechos humanos, por lo
que la preservación de la independencia judicial sigue siendo un desafío crucial para la
consolidación del Estado de derecho en Ecuador (Toala-Rivas et al. 2022).